El objetivo principal del maridaje es combinar alimentos con vinos de tal forma que se logre el equilibrio perfecto de sabores y aromas entre ambos. Ahora bien, ¿cuáles son los mejores maridajes de vinos espumosos?
Antes de comenzar debemos tener en cuenta que nos encontramos con dos tipos de maridaje, uno por contraste y otro por complementación. El primero de ellos se basa de combinar los sabores de los vinos espumosos con alimentos parecidos para intensificar el sabor de los dos, mientras que el maridaje por complementación, combina sabores de distinta intensidad.
Por otro lado, sabemos que los vinos espumosos varían en función de la cantidad de azúcar que contengan y la crianza por lo que la elección no siempre es fácil.
Una peculiaridad de los vinos espumosos es que tradicionalmente se han utilizado para la celebración de ocasiones especiales como bodas, aniversarios, Navidad o Año Nuevo, sin embargo, esta tendencia está cambiando y cada vez son más los amantes del vino que lo consumen sin ninguna razón de este tipo y como un perfecto acompañante de la comida. Ha sido así como estas bebidas han pasado de utilizarse para brindar para pasar a ser un vino de acompañamiento por su enorme potencial.
Y es que estamos tratando con vinos perfectos para acompañar con múltiples platos gracias a su gran versatilidad. Su frescor y acidez son muy equilibrados por lo que se puede asociar de forma fácil a muchas comidas como el jamón serrano, los espárragos, las alcachofas, las endivias, las ensaladas, los quesos, los embutidos, los arroces, los pescados, los mariscos, las carnes blancas e incluso con los postres.
Si bien es cierto, aunque casi todo le va bien por ser vinos muy versátiles solemos verlo en la mayoría de ocasiones con pescados y mariscos, es decir, comidas muy saladas: bogavante, ostras, langosta, lenguado, lubina, merluza o salmón.
Es importante evitar aquellos platos que tengan aromas demasiados fuertes porque aplastaríamos la sutileza de este tipo de vinos por lo que por ejemplo el curry o el pimentón no son buenos acompañantes así como el tabasco, el vinagre o el ajo.
Como hemos visto, ya estemos ante un cava, un champagne u otro tipo de vino espumoso, las posibilidades de lograr un buen maridaje son muy elevadas con cualquier tipo de alimento y nos encontramos por lo tanto con uno de los tipos de vinos menos arriesgados para conseguir una buena armonía.
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